Servicio Integrado de Prevención y Salud Laboral


 

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Instalaciones y equipos de Laboratorio
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Instalaciones y Equipos en el Laboratorio.
Organización.

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1. DISEÑO DEL LABORATORIO Y “LAYOUT”.

Entre los aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de proyectar un laboratorio o de reformar uno existente destacan:

 Número de laboratorios necesarios y su ubicación

 Número de personas que van a trabajar en cada laboratorio

 Tipo de trabajos que se van a realizar en el laboratorio

 Necesidades del laboratorio en cuanto a servicios: ventilación, iluminación, electricidad, agua, gases, vacío, aire comprimido, etc.; e instalaciones: almacén de productos, cuarto de balanzas, cuarto de muflas y estufas, almacén de equipos, archivos, despachos, vestuarios, etc.

 Cantidades de productos que se van a utilizar o almacenar, características y riesgos de estas sustancias, incompatibilidades entre ellas.

El diseño de un laboratorio sin considerar las necesidades específicas del mismo, no sólo lleva a una falta de funcionalidad, sino que puede llevar a asumir riesgos que podrían haberse eliminado en la fase de proyecto.

La diferenciación entre el laboratorio y las áreas accesorias permite:

 Separar las áreas de riesgo elevado de otras de riesgo inferior

 Controlar el acceso a las áreas de riesgo

 Centralizar el agua, gas, electricidad, al objeto de favorecer la actuación en caso de emergencia

 Diseñar sistemas de acondicionamiento de aire y ventilación adecuados

 Facilitar la eliminación de residuos y drenajes

 Facilitar la evacuación en caso de emergencia

 Dificultar la propagación de un posible incendio (compartimentación frente al fuego)

Se debe poner especial atención en la distribución del laboratorio y en la selección  de los materiales, para eliminar peligros o para minimizar las consecuencias de un posible accidente.

La falta de espacio suficiente es una de las causas de accidentes en algunos laboratorios. No existe una reglamentación que especifique claramente el espacio libre por trabajador en laboratorios. A este respecto, el RD 486/97 sobre lugares de trabajo establece una superficie libre mínima de 2 m2 por trabajador (Anexo I, apartado A.2, punto 1º b)) y la NBE- CPI- 96 establece una densidad de ocupación de 1 persona por cada 5 m2 de superficie construida (Art. 6, pto. D.6.1).

2. EQUIPOS DEL LABORATORIO

2.1 Mesas o bancos de trabajo y mobiliario

El mobiliario son los diferentes elementos que permiten acomodar los equipos y materiales de trabajo. Deben ser sólidos y convenientemente fijados. Las instalaciones de agua, gases y electricidad deben estar integradas de forma segura en el mobiliario.

Las superficies de trabajo tienen que ser impermeables, resistentes a ácidos, álcalis, disolventes orgánicos y al calor moderado, fáciles de limpiar y con un acabado que impida reflejos molestos.

Las estanterías deben ser fácilmente accesibles y proporcionadas a los materiales que se depositarán en ella.

La mayoría de laboratorios tienen mesas de pared y mesas tipo península o isla. Cuando se trabaja con productos peligrosos es preferible las mesas tipo islas para evitar las áreas denominadas “cul de sac” que crean los bancos en península.

Los pasillos de circulación deben tener un ancho suficiente para no molestar el trabajo. Se ha de tener en cuenta que estos pasillos no son zona de reunión.

2.2 Artículos de vidrio

El material de vidrio es un elemento fundamental en el trabajo en laboratorios, pues tiene una serie de ventajas como son su trasparencia, su manejabilidad, facilidad de obtener todo tipo de elementos para la preparación de montajes, aunque presenta el grave inconveniente de su fragilidad tanto mecánica como térmica.

Los riesgos asociados a la utilización de material de vidrio en el laboratorio son:

 Cortes o heridas producidas por rotura del material

 Cortes o heridas debidas a la apertura de ampollas selladas, frascos con tapón esmerilado o aperturas de llaves de paso o contenedores que se hayan obturado, etc.

 Explosión, implosión e incendio por rotura del material de vidrio en operaciones realizadas a presión o al vacío.

De lo anterior se desprende la importancia de examinar el estado de las piezas antes de utilizarla y desechar las que presenten el más mínimo defecto. También debe desecharse el material que haya sufrido algún golpe, aunque no se observen grietas o fracturas y  nunca debe calentarse un recipiente de vidrio que presente grietas, pues puede estallar.

En todos los laboratorios debe haber un recipiente para el material de vidrio roto. Es importante señalar que éste no debe mezclarse nunca con la basura común del laboratorio.

No debe calentarse el vidrio directamente a la llama, debe interponerse un material que difunda el calor, por ejemplo una rejilla metálica, para evitar la concentración de calor en un punto, así se alarga la vida del recipiente de vidrio.

Las manos se protegerán con guantes cuando se introduzca en un tubo de vidrio un tapón o se haga fuerza de presión en un material de vidrio.

Antes de efectuar cualquier montaje en el que se emplee vidrio recordar que éste debe ser inspeccionado. Los montajes deben realizarse con el mayor rigor y precauciones posibles. Los elementos de vidrio deben sujetarse por medio de pinzas especialmente protegidas.

Los aparatos o tubuladoras de vidrio no deben sobresalir más allá de los límites de la poyata. Deben utilizarse pantallas protectoras frente montajes de vidrio frágiles, sujetos a shock térmico o que contienen productos químicos inflamables o explosivos.

Para evitar cortes se deben redondear con llama los tubos cortados.

Lubrificar las partes en fricción de tapones, agitadores, etc., con glicerina y agua o colocando una capa fina de grasa de silicona, entre las superficies de vidrio para evitar que las piezas queden atascadas y utilizar cuando sea posible tapones de plástico.

Para el desatascado de piezas debe utilizarse guantes y protección facial.

Recordar que el aspecto del vidrio es igual tanto si está caliente como frío, así que se debe esperar un tiempo prudencial antes de tocar sin protección un recipiente que se haya calentado o protegerse con unos guantes.

2.3 Montajes

Al efectuar los montajes para las diferentes operaciones: reflujos, destilaciones (al vacío o a presión atmosférica), reacciones con adición y agitación, se debe prestar especial cuidado, evitando que el material de vidrio pueda quedar tensionado. Para ello se emplearán soportes y abrazaderas adecuadas.

Las diferentes piezas de vidrio se unen mediante tubos de goma y tapones perforados. Éstas pueden quedar encajadas por la rugosidad de la superficie de contacto, no debiendo intentar separarlas por la fuerza, debe calentarse la unión por su parte externa esperando que se dilaten y separen.

El uso de bocas esmeriladas permite realizar estas uniones de forma fácil y cómoda. Los esmerilados deben ser ligeramente lubricados con grasas inertes, como por ejemplo las de silicona.

Es importante establecer un procedimiento de comprobación de la solidez y estanqueidad de las conexiones de cualquier montaje. Hay que vigilar que los tubos flexibles no queden aplastados por los soportes.

Si se utiliza una corriente refrigerante también es importante controlar que no se produzcan obturaciones del circuito y comprobar las conexiones. A la hora de retirar los tubos flexibles es mejor cortarlos que intentar arrancarlos estirando, pues es fácil romper la espiga de vidrio.

1. Operaciones a presión.

Las operaciones a presión superior a la atmosférica presentan además del riesgo de los productos que se utilizan, peligro de fugas por sobrepresión y estallido, por lo que los montajes deben estar diseñados para ello.

Estas operaciones no deben ser realizadas NUNCA por una sola persona.

Debe emplearse una pantalla de protección, además de colocar alrededor de los elementos de vidrio rejillas o cajas metálicas protectoras. Tiene que prestarse especial atención durante las operaciones de calentamiento o enfriamiento.

2. Operaciones al vacío.

Las operaciones al vacío presentan además del riesgo de los productos que se utilizan, el riesgo de implosión. Este riesgo puede deberse a un choque mecánico o térmico, o una entrada rápida de aire en un aparato al vacío, como por ejemplo evaporaciones al vacío, destilaciones al vacío, filtraciones al vacío, etc.

2.4 Pipetas

El riesgo mayor de una pipeta es el contacto o la ingestión de un líquido tóxico o corrosivo, por ello es fundamental que esté prohibido pipetear con la boca. Se deben utilizar bombas de aspiración manual de caucho o cremallera que se adapten bien a la pipeta, y en el caso de determinadas aplicaciones o reactivos sería recomendable utilizar un dispensador automático de manea permanente.

También presentan riesgo de corte o de contacto con productos tóxicos o corrosivos debido a su rotura, por ello es importante utilizar guantes impermeables al producto manipulado.

2.5 Equipos calefactores

En los laboratorios se utilizan frecuentemente equipos calefactores para elevar la temperatura, facilitar y acelerar reacciones químicas.

Generalmente son utensilios de calentamiento eléctrico o de gas. Son mecheros de gas, baños calientes (aceite, arena, agua), mantas o placas calefactoras, microondas y estufas.

Es imprescindible realizar un mantenimiento preventivo de todos estos dispositivos, prestando especial atención a las conexiones eléctricas y de gas.

Hay que seleccionar el método de calefacción más adecuado que proporcione mejor control de los riesgos potenciales. Así, por ejemplo, es recomendable el uso de mantas calefactoras para calentar líquidos inflamables.

Los principales riesgos que presentan estos dispositivos son:

  • Las quemaduras térmicas

  • La rotura de recipientes de vidrio con vertido de sustancia o desprendimiento de vapores

  • Emisión descontrolada de humos en los baños de aceite

  • Aumento de la humedad ambiental en los baños de agua

  • Riesgo de contacto eléctrico indirecto

  • Vuelcos o vertidos por una mala sujeción

 Mecheros

Los mecheros permiten obtener altas temperaturas de forma rápida y barata, pero los trabajos con llama abierta, como por ejemplo los calentamientos con mecheros Bunsen, generan riesgos de incendio o explosiones por la presencia de gases combustibles o comburentes, o de productos inflamables en la zona próxima. Es por este motivo fundamental la adecuada ventilación del laboratorio de manera que no se alcance jamás el límite inferior de inflamabilidad.

Las conducciones que alimenten mecheros deben ser flexibles para permitir retirarlos rápidamente si hay que interrumpir la calefacción.

 Baños calientes

Los baños calientes alcanzan temperaturas inferiores que los mecheros, su coste es mayor, pero permiten repartir mejor el calor. Pueden ser de aceite, arena o agua. No deben llenarse completamente hasta el borde. Es importante asegurar los recipientes con la ayuda de soportes. Debe disponerse de termostatos de seguridad que limite la temperatura de estos dispositivos. Cuando éstos se utilicen de forma continuada, es recomendable disponer de un sistema de extracción localizada.

Hay que destacar que los baños de aceite tienen un alto riesgo al fuego. Debe seleccionarse un aceite de elevada temperatura de ignición. Debe examinarse periódicamente el deterioro que por el calentamiento continuado sufren estos aceites, así como el mecanismo eléctrico de calentamiento que permite controlar la temperatura del mismo.

 Estufas

Los principales riesgos que presentan son:

  • Incendios, explosión o intoxicación si se desprenden vapores inflamables en la estufa

  • Sobrecalentamientos en caso de fallo en el termostato

  • Contactos térmicos indeseables (quemaduras)

  • Contactos eléctricos indirectos

Si se utiliza una estufa para evaporar líquidos volátiles debe disponerse de un sistema de extracción y retención por filtrado o por condensación de los vapores producidos. Si los vapores que se pueden desprender son inflamables es recomendable emplear estufas de seguridad aumentada o con instalación antideflagrante.

Deben emplearse estufas son sistemas de seguridad de control de temperatura. Es fundamental realizar mantenimiento preventivo, comprobando la ausencia de corrientes de fugas por envejecimiento del material y correcto estado de la toma de tierra.

2.6 Equipos refrigeradores

 Baños fríos y refrigerantes

Los principales riesgos que presentan son:

  • Quemaduras por frío

  • Derrame de un gas licuado (inflamabilidad, corrosividad)

  • Que en caso de que se utilicen para controlar reacciones exotérmicas se anule su función pudiendo provocar un incendio, explosión o emisión de sustancias tóxicas al ambiente.

  • Rotura del sistema refrigerante con entrada de agua en el medio de reacción, lo que puede provocar un incendio, explosión, emisión de sustancias tóxicas o inundación en el caso de desconexión del tubo.

No deben introducirse las manos sin guantes protectores en un baño frío, debido a que, aunque contactos puntuales con el líquido refrigerante no producen daños ya que la evaporación es instantánea, un contacto prolongado es peligroso.

Al introducir los recipientes en un baño frío se debe hacer lentamente para evitar una ebullición brusca del líquido refrigerante.

Debe disponerse de sistema de seguridad que interrumpa el aporte de calor en caso de corte en el suministro de agua en un sistema refrigerante.

En caso de utilizarse gases licuados recordar que éstos siempre son peligrosos y sólo el personal formado y entrenado debe manipularlos. El riesgo de los gases licuados es la posibilidad de un derrame con súbita evaporación que puede resultar peligrosa. El derrame sobre la piel no protegida puede producir severas quemaduras; así cuando se manipulen líquidos criogénicos, debe usarse ropa protectora adecuada si hay riesgo de que produzcan salpicaduras.

Es fundamental realizar un mantenimiento preventivo de estos dispositivos.

 Frigoríficos

En todos los laboratorios es habitual encontrar una nevera para guardar diferentes reactivos que requieren mantenerse en frío. Sólo se permite el uso de frigoríficos domésticos para la conservación de productos inertes.

Para el almacenamiento de sustancias inflamables que necesitan refrigeración deben emplearse frigoríficos de seguridad aumentada, y en el caso de que éstos se encuentren en una zona con posibilidad de que se generen atmósferas inflamables, deberían ser antideflagrantes.

Es fundamental no guardar recipientes abiertos o mal tapados en el frigorífico. Se recomienda utilizar recipientes capaces de resistir la sobrepresión interna en caso de recalentamiento accidental y que el frigorífico disponga de un sistema de alarma en caso de que la temperatura interior aumente.

Está totalmente desaconsejada la modificación de las neveras domésticas, eliminando la circuitería interior para guardar los productos inflamables.

2.7 Autoclaves

El riesgo principal que presentan estos dispositivos es la explosión del aparato con proyecciones violentas.

El autoclave debe estar equipado con un manómetro. Tanto el aumento de la presión como la descompresión debe realizarse de forma gradual.

Es importante realizar un mantenimiento preventivo de estos dispositivos y comprobar documentalmente que el autoclave resiste la presión a la que tiene que trabajar (homologación, certificación, marcado CE).

Los autoclaves que trabajan a presiones muy elevadas deben estar ubicados en locales preparados para el riesgo de explosión.

2.8 Centrífugas

Los riesgos que presentan estos dispositivos son:

  • Rotura del rotor

  • Lesiones en caso de contacto con la parte giratoria

  • Explosión por formación de una atmósfera explosiva

  • Formación de bioaerosoles

  • Cortes en caso de rotura de las pipetas o tubos de ensayo

Es importante en las centrífugas repartir la carga simétricamente. Deben llevar un mecanismo de seguridad de manera que si no está bien cerrada la tapa no pueda ponerse en marcha, o que no pueda abrirse si el rotor está en movimiento. Deben estar bien apoyadas sobre superficies horizontales.

Es necesario disponer de procedimientos de actuación en caso de rotura y/o de formación de bioaerosoles.

2.9 Instrumental analítico

 Cromatógrafo de gases

Los principales riesgos son:

  • Disconfort por el calor desprendido por el aparato

  • Quemaduras térmicas al realizar alguna operación en el detector, la columna o el inyector

  • Pinchazos en la manipulación de jeringas

  • Fugas de gases inflamables (por ejemplo hidrógeno)

  • Contactos eléctricos indirectos

Es necesario disponer de un sistema de ventilación, para disipar el calor generado por el cromatógrafo. Cuando se realicen operaciones en zonas calientes se deben utilizar guantes. Se debe conectar la salida del divisor de flujo del inyector de capilares y de los detectores no destructivos al exterior. Es fundamental realizar un buen mantenimiento preventivo del cromatógrafo.

 Cromatógrafo de líquidos de alta resolución (HPLC)

Los principales riesgos son:

  • Vertidos y contactos dérmicos en la preparación del eluyente.

  • Contaminación ambiental si se emplean eluyentes volátiles.

Los eluyentes se han de manipular empleando guantes, y se debe utilizar material de vidrio resistente en el tratamiento previo del eluyente, sobre todo en las operaciones al vacío.

 Espectrofotómetro de absorción atómica

Los principales riesgos son:

  • Quemaduras químicas en la manipulación de ácidos concentrados que se emplean en el tratamiento previo (digestión) de las muestras para analizar

  • Desprendimiento de vapores irritantes y corrosivos

  • Quemaduras térmicas con la llama, horno de grafito y zonas calientes en general

  • Fugas de gases, como por ejemplo acetileno

  • Posible formación de hidrógeno cuando se utiliza el sistema de generación de hidruros

La digestión ácida debe realizarse en vitrina, utilizando guantes, gafas u otros equipos de protección.

Debe instalarse un sistema de extracción sobre la llama o el horno de grafito. No se debe mirar directamente a la llama ni a las fuentes de emisión (lámparas). Es imprescindible una buena ventilación cuando se trabaja con el generador de hidruros. Se deben tomar las precauciones adecuadas cuando se trabaja con acetileno.

 Espectrofotómetro UV- visible e infrarrojo, fluorímetro, balanza, pHmetro, polarógrafo y otros aparatos de electroanálisis, autoanalizadores, microscopios, agitadores, etc.

Los principales riesgos asociados a este tipo de equipos son:

  • Contacto eléctrico indirecto

  • Quemaduras térmicas si hay contactos con zonas calientes

  • Formación de ozono cuando se utilizan lámparas o radiaciones a determinadas longitudes de onda

En todo este tipo de instrumentación es imprescindible realizar mantenimiento preventivo, realizar una adecuada instalación de los equipos, y establecer procedimientos normalizados de trabajo que contemplen las medidas de seguridad que deben observarse en cada técnica.

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